La lipoescultura 4D es un procedimiento, que mediante una innovadora tecnología de ultrasonidos, llamada VASER LIPO, disuelve selectivamente la grasa para facilitar su extracción.

Lo mejor de esta innovadora tecnología es que sólo trata a la grasa, los demás tejidos como los vasos sanguíneos y nervios no se ven afectados, con lo que, se consigue reducir el dolor y la inflamación que se sufren en el postoperatorio y se acorta la duración del mismo.

Tras la licuación de la grasa, se succiona con un tubo introducido por una pequeña incisión en la piel, de forma que se extrae todo el tejido graso no deseado.

El primer paso es adormecer la zona y encoger los vasos sanguíneos para reducir la pérdida de sangre y disminuir los moretones. Mediante la tecnología VASER LIPO de ultrasonidos, se licua la grasa sin dañar el resto de tejidos y se succiona a través de unas pequeñísimas cánulas, haciendo que el tiempo de recuperación sea mucho menor que en otras intervenciones.

La Lipoescultura 4D la realizamos en las mejores clínicas de España se basa en: Abdomen, muslos, pantorrillas, brazos, glúteos, senos y pectorales.

La anestesia de la Lipoescultura 4D dependerá de cada paciente y las zonas que se vaya a tratar. Puede ser local más sedación o general.

A través de Lipo Vaser, varias zonas pueden ser tratadas simultáneamente. Los especialistas estudian de forma individualizada cada uno de los casos, recomendando el máximo de cantidad de grasa que puede ser extraída. Al ser un proceso para la obtención de una silueta más estilizada, es posible que la pérdida de peso no sea significativa.

Si eres una persona saludable que más que buscar perder peso, lo que busca es tener una silueta esbelta de forma rápida y casi indolora, Vaser Lipo podría ser tu solución. De todas formas, nuestros especialistas estudian cada uno de los casos recomendando la mejor solución para cada paciente, así como las áreas potenciales a esculpir, los resultados anticipados y cómo será el proceso de recuperación.

Podrán aparecer molestias transitorias como ardor, entumecimiento, inflamación y sensación de puntadas. Unos días tras la operación, la herida escurrirá líquido sero hemático (no es sangrado). Estas molestias son totalmente tolerables, pudiendo ser tratadas con medicamentos y drenaje linfático postoperatorio.

Dependerá de factores como la cantidad de grasa extraída, si la intervención ha sido múltiple o los hábitos del paciente.

Una vez realizado el procedimiento, se recomienda un descanso de unos pocos días. Se podrá volver a la actividad cotidiana intensa entre las 4 y las 8 semanas siguientes a la intervención, dándose por finalizado el proceso de recuperación total del edema y la circulación del sistema linfático entre 3 y 6 meses.

Muchos pacientes encuentran mejorías inmediatamente después del procedimiento, llegando a ser éstos resultados evidentes entre los 3 y los 6 meses después.

Si el paciente aumenta de peso, el cambio será distribuido proporcionalmente por todo el cuerpo. Una vez retirada la grasa, siempre que se asuma un estilo de vida saludable, ejercicio físico y una dieta adecuada, la grasa no regresará ni migrará.